Aluar: Entrevista a Javier Madanes

Abr 6, 2020

Entrevista a Javier Madanes Quintanilla, dueño de Aluar, la empresa que sostiene la economía madrynense desde hace décadas. Actualmente, debido a la cuarentena, trabaja al 50%, intentando sostener el empleo, sin que hasta ahora, se vislumbren políticas financieras a favor de las grandes empresas.

«De lo que yo tengo recuerdo, situaciones de este tipo no hemos vivido”, describe Javier Madanes Quintanilla, dueño de la única productora de aluminio Aluar, que trabaja al 50%, y de la fábrica de neumáticos Fate, que está totalmente parada a raíz de la cuarentena obligatoria por el coronavirus, que está ingresando en su tercera semana. Con más de 6 mil empleados, el empresario, una de las mayores fortunas de la Argentina, dice que se sintió tocado por las declaraciones del Presidente sobre que hay empresarios miserables, pero asegura que las desvinculaciones de Techint fueron “inoportunas”.
“Por más que estas dos primeras semanas haya habido algunos elementos que se pueden considerar favorables, parece que es una primera etapa que creo se va a ir complicando”, dice.

—¿Cómo ve que está reaccionando la Argentina?
—Hay dos herramientas que te cambian la situación en el país respecto de otros, que es que la Argentina no tiene moneda ni crédito. Entonces somos mucho más vulnerables para tener armas para manejar un tema que se prolongue en el tiempo más que unas semanas. Ahí se va a poner complicado, porque no es simple manejar las variables sociales bajo control cuando no tenés moneda ni crédito.

—¿No pidió créditos blandos para el pago de sueldos?
—Hoy no está previsto. El Estado circunscribió su vocación de asistencia a las pymes. Tampoco sé si sale tan automático, pero en las empresas de más de cien personas no hay nada esbozado por el Estado. Las empresas, incluso pymes de más de cien personas, una inmensa parte de la economía, tiene sumamente complicado el manejo financiero, por eso sostener el tema remunerativo de la gente bajo licencia por más de un par de semanas va a ser muy difícil.

—¿Están en riesgo los puestos de trabajo?
—El sistema está en riesgo. En una emergencia sanitaria, en una catástrofe, alguno puede tener más o menos espalda, pero ¿de cuántas semanas hablamos? No toda la economía está parada, la medicina y el agro, que están funcionando razonablemente, es un 20% de la actividad productiva, el resto está con la crisis. Después está el tema de que el Estado no recauda y que va a tener que pagar las remuneraciones al sector público, y lo va a tener que hacer con emisión, que trae otras consecuencias en la oferta de bienes. El enredo es grande.

—¿Cómo vio el cruce del Gobierno con Techint por las desvinculaciones en obra pública?
—El caso de Techint es un caso previo a lo que ocurrió a este viernes. Uno venía con información de que ellos estaban en una situación de mucha presión. Manejan una estructura médica en el norte de Italia (N. del R.: con el Grupo Humanitas controlan clínicas y sanatorios en Bergamo). Participar de esa actividad en el lugar donde está concurriendo, le debe pegar muy muy fuerte a toda la organización. Cómo se dio la comunicación esta que hicieron, sin entrar en si hay basamento legal para hacer esto porque estás en el régimen de la construcción que tiene su régimen propio, fue inoportuno. Esto mismo planteado en una mesa laboral en el Ministerio de Trabajo tenía otra repercusión. Hubo una imprudencia en manejarlo así, creo que la hubo, pero entiendo que para un grupo de gente que está tan bajo presión por ahí estas cosas se te escapan.

—¿Qué piensa del mensaje del Presidente, que cuestionó a “empresarios miserables”?
—La crítica la sentí como propia, me sentí tocado. Si bien estamos tratando de ser muy cuidadosos. Después, las razones de por qué el Presidente maneja estos tiempos habría que preguntárselo a él, para intentar de no acelerar las medidas de despidos. Estando dentro del capital privado, no te resulta indiferente la crítica, te pega. Pero no podemos demorar mucho en tener un intento de acuerdo tripartito con los gremios de manera tal de coordinar.

—¿Cómo ve una posible salida de la cuarentena? —Lo que se llama ahora la salida vertical de la cuarentena la veo muy dificultosa. No creo que estemos en condiciones de hacerlo de forma programada y ordenada. Hay tareas previas para hacer antes de practicar una salida vertical. Hay que ponerse de acuerdo en el formato en los sectores que retomen actividad. En abril se van a generalizar los acuerdos porque no va a ser sostenible remunerar el 100%. Hasta fin de abril va a haber una multitud de acuerdos similares donde vas a tener que remunerar menos del 100%. Abril va a ser muy dinámico y jorobado, nosotros tenemos más espalda, pero un restorán, un almacén o un hotel, ¿qué capacidad tiene para remunerar a la gente? Hay un punto donde no va remunerar nada.

—El Gobierno apuesta a cerrar un acuerdo con los acreedores en esta coyuntura. ¿Lo ve relevante?

—Las guerras son así, hay que tratar de subsistir, te enterás cuando empiezan y no cuándo terminan, y en el ínterin tenes que planificar una subsistencia. Es lo único que podemos hacer. Y hay otros temas que hay que archivar, hoy hablar del tema de la deuda no tiene ningún sentido. La palabra default desapareció del diccionario. Todos los esfuerzos de los funcionarios deberían estar en conseguir recursos y no en hablar de default y no default. Nosotros vamos a tener que recurrir a la solidaridad internacional para poder salir de estas crisis que va a ser muy difícil.

—En situaciones de catástrofe suele haber impuestos extraordinarios a las grandes fortunas para paliar las crisis. ¿Estaría de acuerdo?
—Todo se tiene que poner arriba de la mesa. Ahora, también tenés que tener la sensación para hacerlo con convicción de que la cosa se está manejando con un nivel de eficiencia alto. Hay que rediscutir todo. Lo que no va a funcionar es salir a perseguir gente que no está convencida de que su ayuda no va a caer en saco roto. ¿Yo cómo colaboro más? ¿Inyectando fondos a la compañía, dándoles fondos al Estado, a fundaciones, a un hospital? Aguantar hasta que pase la pandemia no alcanza. Se supone que vas a tener que volver a dar trabajo a la gente. Yo estoy abierto a esta discusión, incluso tal vez es un buen momento para tenerla.

Fuente www.perfil.com