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Para que los sistemas de carpintería desempeñen el papel adecuado -en términos de hermeticidad termo acústica y estanqueidad frente a las exigencias de agua y viento- con que fueron diseñados, es indispensable aplicar el sellador correcto. De lo contrario, todos los esfuerzos realizados por los fabricantes de perfilería para garantizar el óptimo funcionamiento de los cerramientos no se verán plasmados en la instalación de dicho cerramiento.

En reiteradas oportunidades hemos detectado, tras analizar las causas de reclamos posteriores a la entrega de determinadas obras, que dentro de las fallas principales en el área de aberturas, algunas se vinculan con la filtración de agua, aire o polvo al interior de una vivienda o edificio. Entre otras cuestiones, pueden responder a dos factores: una incorrecta elección del sellador y/o irregularidades en su aplicación.

En esta oportunidad, repasaremos las nociones elementales a tener en cuenta para elegir el producto correcto.

Variables a considerar

Además del ancho y la profundidad de la junta, lo más importante consiste en conocer las propiedades y el comportamiento de los materiales a sellar. Los diferentes materiales constructivos se dilatan y contraen en diferentes proporciones. Por ejemplo, el hormigón se dilata un 50% más que el vidrio; el aluminio, por su parte, se dilata dos veces más que el hormigón; y los plásticos, a su vez, lo hacen a más del triple en relación al aluminio.

Entonces, como consecuencia de los distintos desempeños de los materiales, y de acuerdo a las particularidades del encuentro y las dimensiones de las juntas, se requerirán diferentes tipos de selladores.

Para determinar el producto adecuado, es necesario considerar los siguientes aspectos:

a. Módulo de elasticidad
b. Vida útil
c. Adherencia

a. Módulo de elasticidad:

El módulo es una unidad de medida de la rigidez de un sellador. Cuanto más alto sea el módulo de un sellador, generará tensiones mayores en caras de juntas, por lo tanto, su adherencia se verá más comprometida y sus posibilidades de deformación más restringidas, llevando a la falla del sellador por falta de adherencia o por desgarro. (Módulo alto = capacidad de movimiento +/- 25%.) Este tipo de selladores son los de tecnología más antigua.

Los selladores de medio módulo son selladores de gran versatilidad y son los apropiados para la mayoría de los trabajos de sellado al exterior y perimetral de aberturas. (Módulo medio = capacidad de movimiento +/- 50%.) Estos selladores son la evolución histórica de los selladores de silicona neutros que pasaron de cura oxímica a cura alcohólica.

Los selladores de bajo módulo son altamente flexibles y los adecuados para juntas de alto movimiento. (Módulo bajo = capacidad de movimiento +100% – 50%.) Se trata del desarrollo tecnológico en selladores más reciente (siliconas neutras de cura amídicas).

b. Vida útil:

La durabilidad es una de las propiedades fundamentales, ya que el sellador debe mantener sus cualidades cuando el producto se exponga a la luz solar, humedad, calor, frío, ozono y movimientos de la junta. Los actuales selladores de silicona se desempeñan óptimamente, a lo largo del tiempo, siempre y cuando hayan sido instalados conforme a las reglas adecuadas de aplicación. Las juntas mantendrán su funcionalidad por un período mínimo de 10 años, evitando el ingreso de agua u otros elementos climáticos que producen el deterioro de los componentes de la construcción y las consecuentes molestias a sus ocupantes.

La diferencia fundamental entre los selladores orgánicos (poliuretanos y otros) y los inorgánicos (siliconas) es su estructura polimérica. Esta diferencia es lo que determina la durabilidad de un sellador.

La exposición a la luz ultravioleta deteriora a los selladores orgánicos porque la energía contenida en dicha luz es suficiente para romper la unión carbono-carbono o carbono-oxígeno de su estructura química, conduciendo a la falla prematura del mismo.

Por el contrario, la luz ultravioleta no afecta a los selladores de silicona debido a que su estructura de silicio-oxígeno no sufre degradación frente a dicha luz, manteniéndose flexible, sin pérdidas significativas de sus propiedades físicas.

c. Adherencia:

La adherencia varía según la formulación del sellador y el substrato ensayado, por lo que se deberían evitar las generalizaciones. Los fabricantes de selladores pueden dar recomendaciones específicas, sobre los comportamientos de un sellador aplicado a un substrato determinado, a través de ensayos de laboratorio normalizados.

Se debe facilitar a todos los clientes ensayos de campo para comprobar el grado de adherencia obra por obra. Este aspecto es un factor decisivo en oportunidad de la construcción de obras de cierta envergadura.

Conclusión.

Finalmente, la elección del sellador adecuado requiere de especificaciones acotadas de productos y procesos de instalación, que involucre a los fabricantes directos del producto, a fin de conseguir tanto el asesoramiento, suministro y garantías necesarias para cada proyecto en particular.