Inaugurado en junio de 2016, por su forma y curvas atrevidas, el edificio invita a realizar un viaje: de la cepa nudosa de la viña al néctar, que gira en una voluta dentro del vaso, todo el universo del vino se refleja en este edificio al atardecer a orillas del río Garona. La Ciudad del Vino es un recinto único dedicado al ocio y a la cultura que permitirá descubrir todas las facetas del alma del vino.
Posee talleres de descubrimiento y de cata, exposiciones temporales, una tienda con vinos del mundo, un bar de vinos, un mirador, un restaurante panorámico en la 7ª planta y una plataforma enoturística.
La construcción del edificio de 14.000 m2 y 55 metros de altura costó 81 millones de euros (90 millones de dólares) y fue financiada en un 81 por ciento por organismos públicos (incluida la Unión Europea), y el resto por empresas privadas. La obra fue diseñada por los arquitectos Anouk Legendre y Nicolás Demazière de la agencia XTU.
“Su forma ondulada y moderna evoca «un líquido», según los arquitectos del estudio XTU. Su fachada, compuesta por paneles de aluminio y de vidrio serigrafiado, se ilumina con reflejos dorados que recuerdan las piedras amarillas y relucientes de las fachadas bordelesas.
SAB-FCB hizo la confección de la fachada de aluminio. 2300 paneles de aluminio visten la construcción de más de 6000 m² que posee la fachada de la Ciudad del Vino. Cada panel es único en su forma, tamaño, radio y perforación. La oficina de SAB-FCB validó a través de minuciosas pruebas las dimensiones y los refuerzos necesarios de los paneles de acuerdo con su área de exposición en la fachada.